23/03/2020
La Unidad Militar de Emergencias sigue volcada en los cometidos designados dentro de la Operación “Balmis” en la lucha contra la pandemia del COVID-19. Hoy son 1.156 militares y 364 medios de todas las unidades los desplegados por todo el territorio español, con motivo del estado de alarma.
Para ello la UME, además de continuar con las tareas de desinfección de manera manual, sigue implementando procedimientos, y en concreto en el día de hoy, ha comenzado a usar dos tipos de nebulizadores diferentes con el fin de conseguir ir frenando la propagación del COVID-19.
Por un lado y como novedad, la Unidad ha empezado a utilizar unos cañones nebulizadores cedidos por la empresa ANZEVE. Estos cañones nebulizadores, son cañones productores de nieve que la UME ha adaptado a los depósitos de sus vehículos, para aumentar la capacidad de desinfección con hipoclorito sódico consiguiendo así un recubrimiento más efectivo en grandes espacios en un corto periodo de tiempo. Esta mañana, estos nebulizadores se han utilizado por ejemplo en IFEMA para desinfectar pabellones y a lo largo del día se han seguido empleado también en la desinfección de residencias, con la finalidad de bajar la carga viral en esos lugares.
Por otro lado, el Grupo de Intervención en Emergencias (GIETMA) junto con el Servicio de Veterinaria del Regimiento de Apoyo e Intervención en Emergencias (RAIEM) utilizan otro tipo de nebulizadores de peróxido de hidrógeno, para desinfectar interiores donde se hayan dado casos confirmados de COVID-19. Estos nebulizadores tienen como característica principal su potencia como desinfectantes y su gran capacidad de adherencia a las superficies.
El procedimiento con estos nebulizadores comienza con una desinfección manual con hipoclorito sódico en toda la estancia, centrándose en aquellos objetos o partes más susceptibles de tener contacto, como pomos, mesas, sillas, puertas, teléfonos, etc. Una vez realizada esta desinfección manual es el turno de los equipos con nebulizadores de peróxido de hidrógeno, quienes con este procedimiento logran llegar a desinfectar las partes más difíciles. De esta manera primero comienzan con la desinfección de volúmenes generales asegurándose de que la nube desinfectante impregna todo el volumen de la estancia comenzando desde el punto más alejado hasta la salida.
Finalizadas ambas acciones, la estancia queda clausurada temporalmente con señales de aviso durante el tiempo necesario para que actúe el producto y no sea nocivo para el personal. En el caso de salas donde haya muchos equipos electrónicos e informáticos los militares utiliza un equipo de nebulización específico que aplica la nebulización con electricidad electroestática, de manera que no dañen los equipos, por lo que se pueden utilizar en salas de control, sobre equipos médicos, u otra maquinaria delicada.
Para realizar estas tareas de desinfección, los militares deben estar siempre provistos de sus equipos de Protección Individual (EPI) adecuados, ya que son productos que en concentraciones elevadas pueden resultar tóxicos para el ser humano, es por esto que el personal debe estar también debidamente entrenado para ello.
En resumen una suma de esfuerzos y capacidades, humanas y materiales que todos los militares están haciendo en esta carrera titánica contra la expansión del COVID-19.